1.8 C
Ushuaia
InicioSociedadCrisis en el Partido Nacional por culpa de las ideologías de izquierda

Crisis en el Partido Nacional por culpa de las ideologías de izquierda

“Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etcétera.” Definición de ideología, Real Academia Española.

Crisis ideológica

En función de los hechos que se fueron suscitando desde la última campaña electoral de 2024, los abucheos, las críticas internas, al desempeño de los candidatos y la propia derrota electoral del Partido Nacional. Hechos que son síntomas de una enfermedad, que en las instancias electorales desbordan por su gravedad y se hacen visibles. Estos hechos son meramente superficiales, pero la raíz de esta problemática no es de corta data, y desde mi punto de vista el problema es ideológico.

Crisis de representatividad

La raíz del problema consiste en proponer, comunicar, e intentar transmitir los mismos contenidos programáticos que el Frente Amplio, en busca de un electorado de izquierda o de centro-izquierda, que no va a emigrar al Partido Nacional, por más guiños y consensos dialoguistas que les hagan; El votante de izquierda prefiere votar al original, y no la copia.

Quizás también te interese…

Parece ser que el camino correcto es el ABC de la política, convencer de que uno tiene otras ideas diferentes y mejores para el país, no unirse al discurso contrario en busca de un rédito electoral inexistente.

El votante blanco, en muchos casos, hoy no encuentra representación en el Partido Nacional, ya que no existe ningún sector de derecha en el partido, como tampoco uno claramente progresista, de forma homogénea y que se asuma como tal. Encuentran comodidad en un centro insípido, gris, y como dijo Álvaro Delgado “sin ideología”, orgulloso de su falta de valentía, como de ideas.

| Redacción

A nivel tradicional, el herrerismo, el wilsonismo y las corrientes ideológicas, están completamente desdibujadas. Muchos de los sectores tienen un afán de supuesta amplitud ideológica, que solo se ve reflejado, por ejemplo, en el reparto de cargos a dirigentes de izquierda de forma burda, como a Valeria Ripoll, dejando afuera en esa supuesta amplitud a los votantes de derecha, o del interior que no se sienten representados. Y silenciando a los dirigentes con un discurso tradicionalista, liberal o conservador, como también a los que tienen una visión crítica en este sentido.

Quizás también te interese…

Un partido que históricamente tuvo sectores ideológicos ordenados, claros, incluso más allá de las izquierdas y derechas tradicionales, pero con un conjunto de principios ordenadores. Hoy se ve vacío de contenido ideológico, y en consecuencia, gran parte del electorado blanco no se siente representado.

Pérdida de valores

La lucha por los cargos parece la única preocupación, se hace evidente, sin disimulo y tranzando con otros partidos en muchas ocasiones. Se perdió la rebeldía histórica en la dirigencia y los que comparten esta visión prefieren hacer un silencio cómplice para cuidar su rancho, y sus cargos.

Se puede observar a varios dirigentes de primera línea, que manifiestan no tener permitido hablar, no tener permitido decir lo que piensan, en el partido de los hombres libres, en el partido donde su único líder, Lacalle Pou, preguntó en la pasada convención “¿Desde cuándo es un partido mordaza?”

Recordando además la presencia de la rebeldía desde su juventud, otro valor que por lo expuesto parece ausente, incluso desde la propia juventud del partido, la cual debería ser embanderada de la rebeldía. Solo se ve servilismo para con los viejos dirigentes y miedo a subir el tono de voz o a discrepar, muchas veces por miedo a perder la posibilidad del cargo.

| Redacción

Como también se observa un centralismo total, los temas bajan desde las agrupaciones, se impone el discurso, y la comunicación es fría y anticuada. Esta comunicación se deja permear por contenidos de agendas foráneas, agendas internacionales que se incorporan sin analizar, parecen ir en contra del antiimperialismo tan característico del Partido Nacional, que hoy no duda en asumir compromisos internacionales, y seguir a rajatabla las temáticas de la agenda 2030 con su proyecto globalista.

Quizás también te interese…

Se pierde la famosa batalla cultural por no dar batalla en absoluto, y manejar las mismas temáticas, los ejes de discusión, hasta el lenguaje, que dejan al Partido Nacional siempre en el margen ideológico que al Frente Amplio le conviene.

Pérdida de identidad

Como consecuencia de lo dicho previamente, del contexto político sin ideología, de políticos que cada día se quieren parecer más entre ellos y también por la licuación deliberada de los partidos tradicionales en la coalición, existe una grave pérdida de identidad, que a largo plazo tendrá consecuencias electorales, y aún más importante, afectará también a la calidad democrática por la debilidad de los partidos políticos.

Puede que la coalición funcione como herramienta electoral, pero eso solo es posible si los partidos no pierden su identidad, con límites y matices ideológicos claros. Hoy en día se sigue abonando a destruir la identidad del Partido Nacional, y parece inevitable la unificación del lema político en su totalidad, sin hacer un análisis profundo.

Pérdida del contacto con las bases

Ya se pudo observar y existen muchos ejemplos donde la dirigencia, no escuchó a las bases del partido. Álvaro Delgado cometió graves errores durante la campaña, como ya manifestó su propio equipo técnico de forma pública, en un informe al que tuve acceso por completo.

No escuchó a los técnicos, no escuchó a sus compañeros dirigentes y no escuchó a la militancia durante toda la campaña. Ahora, en su rol de presidir el Partido Nacional, volvió a traicionar la confianza de todo el partido, pretendiendo asumir un rol poco conveniente en el Senado, para mantener su parcela de poder, cosa que por suerte no logró, dada la presión interna.

Esta pérdida de contacto con las bases es peligrosa, dado que distancia a los políticos de la realidad, y los incentiva a tomar decisiones todavía más inconvenientes, ya que no se tiene la capacidad de escuchar y corregir el rumbo, mucho menos hacer una autocrítica seria.

| Redacción

Esta autocrítica, que muchos dirigentes como Delgado y su sector, pretenden retrasar y diluir, para evitar asumir su cuota de responsabilidad política, es necesaria si se pretende modificar el rumbo de la derrota, como también sanar una profunda herida, autoinfligida en la pasada elección.

Es imperativo recuperar los valores, la identidad y el contacto con las bases, si se pretende volver a gobernar, para transformar la realidad del país y su gente.

Más noticias
Noticias Relacionadas