El domingo 8 de junio comenzará el XX Congreso Nacional del PTS, que sesionará con delegadxs electos por la militancia, delegaciones de organizaciones de otros países integrantes de la FT-CI, así como delegadxs observadores electos entre lxs integrantes de las agrupaciones del Movimiento de Agrupaciones Clasistas y de la Red Nacional En Clave Roja que comparten la militancia con el PTS en lugares de trabajo y estudio.
Miles de compañeras y compañeros vienen siendo parte de los debates que comenzaron con la publicación, el 26 de febrero, del Balance de Actividades del PTS y un balance específico de la Juventud universitaria del PTS; y el 16 de marzo los documentos sobre situación internacional, sobre situación nacional y sobre la relación entre “el PTS, la vanguardia y las masas”. A partir de estos materiales, se han publicado seis circulares internas con críticas, aportes e intercambios de decenas de compañeras y compañeros, y en estos días se publicarán más.
A partir de los debates y las experiencias nacionales e internacionales que venimos realizando desde que publicamos los documentos, desde la dirección nacional del PTS presentaremos al Congreso proyectos de resoluciones sobre los temas centrales.
En primer lugar, publicamos aquí el Proyecto de Resolución Internacional, redactado por Claudia Cinatti. Este proyecto estará sometido a votación en la sesión de hoy domingo 8, que funcionará de manera virtual.
En segundo lugar, publicaremos en los próximos días los proyectos de resoluciones a tratarse en las sesiones presenciales que tendrán lugar el sábado 14, domingo 15 y lunes 16. En esos proyectos pondremos a consideración de lxs delegadxs:
a) Una actualización de las definiciones de la situación nacional, dando cuenta de la dinámica del gobierno de Milei que continúa su plan de responder por derecha a la crisis orgánica que vive el país, pero está cruzado por múltiples contradicciones económicas, sociales y políticas que le generan una gran inestabilidad y debilidad para el enorme cambio reaccionario que se propone. Esto genera nuevos procesos de lucha de clases, en su mayoría motorizados por demandas salariales pero también de enfrentamiento a ataques puntuales, y sigue abierta la posibilidad de saltos que den lugar a nuevos fenómenos políticos. En ese marco se desarrolla la crisis del régimen, con un peronismo dividido, en crisis por el descrédito de su experiencia reciente con Alberto Fernández, y sometido a una posible proscripción de CFK a manos de la Corte Suprema.
b) Una reelaboración de los ejes político-programáticos del PTS alrededor de los cuales apostar a que las experiencias de desilusión con el régimen político y luchas recurrentes se traduzcan en una adhesión cualitativa a las ideas y la organización de la izquierda clasista, en particular del PTS/FITU y las agrupaciones que impulsamos. Esto implica articular de manera creativa las demandas económico-sociales más básicas, la defensa del salario, el cuestionamiento al pluriempleo y la precarización de la vida, los ataques a la salud, la educación, la ciencia y la cultura públicas, la defensa de los valores de la solidaridad y la lucha colectiva contra la desmoralización derrotista y el individualismo adaptado a los intereses del gran capital, todo dirigido a impulsar la resistencia para crear las condiciones de la contraofensiva y defender un programa transicional que se condense en un plan propio de y para el pueblo trabajador opuesto no sólo a la derecha sino también al peronismo en sus distintas variantes, todas integradas al régimen del FMI y los grandes empresarios, todas tributarias de una supuesta salida con “más Estado” pero que termina en desastres como el de Alberto Fernández, Massa y la propia CFK. Este plan integra las demandas de cada lucha (salarios, jubilaciones, presupuesto para salud, educación, ciencia y cultura, servicios públicos accesibles, etc.) con una perspectiva de desconocimiento soberano de la deuda que nos ata al FMI y anticapitalista, para que la crisis la paguen los grandes empresarios. Plata hay pero se la llevan los acreedores de la deuda y los dueños del país. Reivindicamos medidas concretas que ya hemos levantado como programa desde comienzos del gobierno de Milei, como la creación de un millón de puestos de trabajo con derechos que se podrían generar si se impone la reducción de la jornada a 6 horas en las 12 mil principales empresas, o la construcción de viviendas populares bajo control de los trabajadores, para hacer frente al drama de la falta de vivienda propia. Varios compañerxs han planteado en aportes al debate la necesidad de jerarquizar un programa y un discurso político que reivindique que “nuestras vidas valen más que sus ganancias”, apuntando a los grandes empresarios y sus políticos. Todo este programa requiere pelear por recuperar los sindicatos, comisiones internas, centros de estudiantes y organizaciones sociales para que funcionen de forma democrática, con libertad de tendencias, y estén al servicio de la lucha y la coordinación con otros sectores. Para esto es indispensable promover toda forma de autoorganización de la clase trabajadora y los sectores populares. A su vez, queremos jerarquizar la perspectiva socialista de nuestro programa, como objetivo de construir un nuevo tipo de sociedad sin explotación ni opresión, que busque satisfacer las necesidades sociales, superar el atraso y la dependencia de países como el nuestro, y que ponga el desarrollo tecnológico al servicio de trabajar menos y vivir mejor, preservando el planeta y los bienes comunes naturales (sobre este aspecto, hay aportes de compañeros relacionando la tecnología con distintos aspectos de nuestra política, entre ellas la perspectiva de la planificación racional de la producción y circulación). Un gobierno de las y los trabajadores a nivel nacional como parte de un proceso de revolución socialista a nivel internacional. Esta cuestión también la vienen planteando diferentes aportes al Congreso, como necesidad de articular la lucha política y la lucha ideológica (sobre este último aspecto hay también contribuciones de compañerxs que participan en publicaciones como Armas de la Crítica y Ediciones IPS).
c) Una actualización de la situación de nuestra organización y las tareas de construcción de agrupaciones y militancia partidaria. En el artículo citado arriba, problematizamos que nuestra acción debe contemplar los diferentes niveles de acción política: la base (o “masas”) que se motoriza por demandas más básicas pero sobre la cual se plantea siempre lucha política con las fuerzas políticas dirigentes; la vanguardia que se moviliza y organiza o, en términos más amplios, los sectores avanzados que sacan conclusiones por izquierda contra las burocracias y sus corrientes políticas, hacia los cuales es necesario tener iniciativas de agrupamientos amplio y democrático (ya que varias corrientes o sensibilidades -más “independientes”- influyen en esos sectores); los diferentes niveles de organización “de partido”. Partimos de la conquista que ha sido la maduración de las agrupaciones de trabajadores y estudiantiles a lo largo de un año y medio de gobierno de Milei que cambió completamente el ritmo político, que combinó variadas formas de lucha y organización (aunque no lograron intensidad y masividad a la altura del ataque), así como una rica experiencia con las fuerzas que se dicen opositoras, como todas las que integraron Unión por la Patria. Varios textos elaborados por militantes ilustran estas experiencias. La lucha universitaria del año pasado dio paso a un fuerte crecimiento de las agrupaciones que integran la Red Nacional En Clave Roja, siendo claramente la corriente militante más fuerte de la izquierda. En salud, experiencias como la Posta han permitido también un desarrollo muy dinámico y expansivo, sin que esto niegue duros ataques que estamos sufriendo, como en el Hospital Bonaparte. En docentes de distintas provincias tenemos una amplia acumulación e inserción. La agrupación Jubiladxs PTS ha sido una conquista reciente que agrupa a más de un centenar de compañerxs en todo el país. En terciarios y secundarios también ha habido pasos importantes, conquistando algunos centros de estudiantes. En sectores de la industria y los transportes también organizamos compañeros y compañeras con quienes compartimos las luchas contra los despidos discriminatorios y demás ataques de las patronales, el estado y las burocracias. Nuestras agrupaciones se deben construir “bajo fuego” en muchos casos: hemos sufrido ataques en empresas privadas envalentonadas por Milei como en aeronáuticos, Shell, Pilkington, Volkswagen, Procter y ahora los eléctricos de Secco y los obreros de Georgalos (ex Stani), así como los cortes de gas en Zanon y Cerámica Neuquén por parte del gobierno derechista de Figueroa. Tanto en el movimiento obrero como estudiantil, nos proponemos desarrollar “bastiones”: lugares con acumulación de fuerza militante, referentes e influencia política, que se traduzcan en capacidad de acción y respuesta cuando la realidad lo permite (las características que deben tener los bastiones es un tema de debate en el propio Congreso) y que tengan relación con los “territorios” que los rodean. A su vez, tenemos muchísimos lugares donde la acumulación es menor, pero el objetivo, teniendo en cuenta las particularidades de cada uno, es poder llegar a conquistar ese nivel de influencia orgánica. Junto con los bastiones, nos proponemos también la conquista de “centros de gravedad”, es decir, lugares geográficos, gremios o universidades donde tenemos varias estructuras con fuerza militante que podemos combinar en determinadas batallas. Cuantos más bastiones y centros de gravedad logremos conquistar, más capacidad tendremos de resistir y enfrentar los ataques. En el Congreso queremos proponer, junto a la extensión de las agrupaciones y el desarrollo de bastiones y centros de gravedad, la centralización nacional de sus principales ramas, en principio docentes, salud y universidad, con publicaciones nacionales que centralicen sus batallas políticas y potencien su construcción. Como parte del desarrollo de las agrupaciones, es clave organizar actividades sociales y recreativas en los lugares donde actúan, buscando generar espacios de socialización contrarios a la reclusión en la vida privada que promueven las modas sociales y culturales dominantes. Un plano más amplio de organización del PTS son las redes de simpatizantes que siguen a nuestrxs referentes, como los centenares que colmaron la sala de la Feria del Libro para asistir a la presentación de “Zurda” de Myriam Bregman, o lxs colaboradores que se generan en las campañas electorales, con simpatizantes del Frente de Izquierda y lxs referentes del PTS, o muchos lectores y lectoras de La Izquierda Diario. En Jujuy volvió a generarse este año un movimiento de ese tipo tras la lista encabezada por Alejandro Vilca, que logró ampliar la banca de diputados provinciales. A su vez, se ha incorporado a la militancia partidaria una nueva generación de militantes, con desigualdades, desde secundarixs, terciarixs y universitarixs, hasta compañeros y compañeras de años de militancia en distintas organizaciones, con lxs cuales confluimos en la experiencia de las asambleas barriales o luchas en sectores de la clase trabajadora y decidieron asumir la militancia directamente partidaria. Esto no niega que la militancia partidaria es un terreno difícil y de lento desarrollo, dada la falta de radicalización política. En el Congreso queremos poner a debate cómo potenciar la combinación de estos distintos niveles de organización “de partido”, que a su vez deben actuar sobre los sectores avanzados o de vanguardia, y junto con ellxs hacia las bases (masas).
d) Relacionado con el punto anterior, se presentaron resoluciones específicas sobre juventud y una nueva referida al impulso de políticas específicas hacia las mujeres desde las agrupaciones sindicales y estudiantiles y la agrupación feminista socialista Pan y Rosas. Asimismo, habrá una resolución especial sobre la intervención en el proceso electoral que tiene su próximo desafío en las elecciones de la Provincia de Buenos Aires del 7 de setiembre y las nacionales de octubre.
Todas estas resoluciones las publicaremos en el transcurso de la semana en estas páginas, para conocimiento no sólo de nuestra militancia sino de lxs simpatizantes y militantes de las demás fuerzas de izquierda, abiertos a opiniones y críticas que siempre consideramos que enriquecen nuestras instancias partidarias. A su vez, propondremos a los compañeros y compañeras que han enviado aportes críticos, sumarlos a esta publicación.
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Fredy Lizarrague
Dirigente del PTS e integrante de la Comisión Política