La Justicia dictó por primera vez una condena por trata de personas con fines de explotación sexual a través de medios digitales. El acusado, Fredy Junior Arturo Zea Ricardo, fue sentenciado a 25 años de prisión por abusar y prostituir entre 2017 y 2020 a tres mujeres, una de las cuales se suicidó antes de la detención del agresor.
El fallo fue emitido por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4 de la Ciudad de Buenos Aires, que lo consideró responsable de “los delitos de trata con fines de explotación sexual agravada en concurso real con abuso sexual agravado reiterado”, en misma línea por la que había ido la fiscalía durante la etapa de alegatos.
Zea Ricardo, de 38 años, captaba a sus víctimas mediante falsas promesas laborales. Una vez que lograba que se alojaran en sus domicilios, las sometía a abusos sexuales y las obligaba a ejercer la prostitución en distintos departamentos de la Ciudad de Buenos Aires. Con la llegada de la pandemia, además, las forzó a tener sexo virtual frente a cámaras web.
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Esclavitud moderna: la trata de personas
La histórica condena por trata con explotación a través de medios digitales
La jueza María Gabriela López Iñiguez y sus colegas Guillermo Costabel y Luciano Gorini firmaron una sentencia que fue calificada como histórica. Se trata del primer fallo en el país que reconoce la explotación sexual ejercida mediante plataformas digitales como parte del delito de trata de personas.
El Ministerio Público Fiscal había solicitado 27 años de prisión, y la pena otorgada finalmente fue de 25 años. El juicio comenzó el 4 de octubre de 2023 y, a lo largo de diez audiencias, declararon 21 testigos, además de exhibirse los videos de las Cámaras Gesell de dos de las víctimas. La tercera no llegó a declarar ya que en 2021 se quitó la vida tras años de tormento.
Además de la condena, el tribunal ordenó investigar si hubo otras personas involucradas en la red de explotación. También dispuso el embargo de un inmueble perteneciente al padre del imputado en Ezpeleta, que había sido usado como escondite y como herramienta para cometer los delitos.
¿Cómo fueron los casos de abuso y explotación sexual?
La primera víctima fue contactada en 2017 a través de un aviso en un diario que ofrecía trabajo como modelo sin experiencia. Fue así como, desde mediados de 2017 y hasta el 4 de septiembre de 2020, «el hombre la acogió con la finalidad de explotarla sexualmente trasladándola hacia distintos departamentos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires».
Durante años fue forzada a mantener relaciones sexuales con clientes y recién en septiembre de 2020 esta víctima logró escapar. Aun así, el 15 de diciembre de 2021, antes de que el acusado fuera detenido, decidió quitarse la vida tras estar bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico, como consecuencia de todos los sucesos.
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La segunda mujer, en tanto, fue captada en noviembre de 2017 con una publicación similar en la que «solicitaban modelos para realizar fotos publicitarias de lencería«. La joven fue explotada sexualmente hasta febrero de 2018. Su caso marcó el inicio de la investigación: logró huir y denunciar lo vivido, lo que permitió iniciar el expediente judicial.
En cuanto a la tercera víctima, conoció al condenado en un boliche de zona sur del conurbano bonaerense. Él se acercó luego de conversar sobre sus aspiraciones laborales y le prometió trabajo como promotora. Al poco tiempo, fue también víctima de abuso y explotación. Tras la detención del agresor, decidió presentarse como querellante al reconocerlo públicamente.